Hace un par de años, David Cameron entonces Primer
Ministro de Inglaterra, en el propio Parlamento británico, pidió perdón
públicamente por las negligencias, “verdaderamente espantosas”, producidas a lo
largo de la última década en 14 hospitales del sistema público de salud, y que
se tradujeron en la muerte innecesaria de más de 20.000 pacientes.
En Estados Unidos se creó el Committee on Quality
of Healthcare in America, según el cual cada año se producen en este país entre
48.000 y 98.000 fallecimientos por negligencias médicas. Un estudio de la
Universidad de Harvard ha estimado que el número de fallecidos por negligencias
médicas equivaldría a que se estrellaran tres jumbos cada dos días y murieran
todos sus ocupantes.
En España, la Asociación Defensor de El Paciente
llegó a la conclusión de que en ese país, fallecen más personas por
negligencias médicas que por accidentes de tránsito.
En Honduras, en los últimos años en hospitales
públicos se han revelado numerosos casos de personas fallecidas o lesionadas
por negligencias médicas pero a diferencia de lo que podría suponerse, en ese
país, las víctimas o sus familias han obtenido en los Tribunales de Justicia
importantes sumas indemnizatorias por daños y perjuicios.
Intervenciones mal realizadas, atención deficiente,
infecciones hospitalarias, retrasos en ambulancias… pero la principal razón se
debe al error de diagnóstico y a la pérdida de oportunidad terapéutica como consecuencia
de la falta de medios y recursos, son las causas más comunes por negligencia
médicas.
En los últimos dos años, en Nicaragua se denuncian
cada vez más casos de negligencia médica por errores en el diagnóstico, por
falta o retrasos en la atención médica (¿se acuerdan del caso del ciudadano que
falleció en la banca de un hospital ante la indiferencia de personal
hospitalario?), embarazos mal gestionados con la muerte de la madre, del bebé o
ambos; etc.
REACCIÓN DEL
SISTEMA MÉDICO
La administración pública o privada del sistema de
salud reacciona con secretismo ante las denuncias por negligencia médica,
intentando negar a las personas y familias afectadas el acceso a los
expedientes de las víctimas en primer lugar y luego desacreditar a priori las
auditorias medicas independientes o forenses legales.
Por su lado, los médicos y sus asociaciones se
escudan en una incomprensible defensa a ultranza de sus colegas argumentando
que en su noble labor no quieren causar la muerte o lesiones gravísimas a sus
pacientes o clientes, lo cual en principio es cierto pero que obvia que
cualquier personal médico, como todo ser humano, puede errar y equivocarse,
causando la muerte o provocar serias lesiones físicas, morales o sicológicas.
Las personas, sus cosas o sus animales, por acción
u omisión pueden causar daños a terceros y la responsabilidad civil de cada
quien es REPARAR O REPONER y cuando se trata de perdida de la vida, lesiones
sicológicas o morales, DEBE DARSE UNA JUSTA INDEMNIZACION POR DAÑOS Y PERJUICIOS.
La causa judicial en contra del Dr. David Paramo
por la muerte de la joven Lizandra Jarquín, ya forma parte de la historia
médica y legal de Nicaragua, y en ese sentido, es de esperarse que los familiares
de Lizandra continúen la querella por la vía civil para buscar un justo resarcimiento
económico por la pérdida de Lizandra.
UNA VENTANA
DE OPORTUNIDAD
PARA LA MEJORA
MÉDICA CONTINUA
En los últimos diez años, Nicaragua ha avanzado en
forma impresionante en infraestructura hospitalaria, el próximo año al menos
serán inaugurados dos nuevos Hospitales,
incluido el nuevo de La Mujer y La Niñez.
De igual manera, el equipamiento en nuevos equipos
y tecnologías de diagnósticos, es impresionante y si no, veamos el Nuevo
Hospital Militar Dr. Alejandro Dávila Bolaños al servicio de miles afiliados a
la Seguridad Social.
Las Asociaciones Médicas están en permanente
actualización profesional de sus miembros, generalmente en la medicina privada,
sin embargo, a nivel del sector público, hay un notable vacío, no es muy
conocido públicamente o existe una falta notoria de divulgación.
Donde sí existe una notoria falta de recursos es en
el área de materiales de reposición periódica y medicinas, especialmente en las
Empresas Médicas Previsionales y Sistema Hospitalario Público.
Todo ello va a llevar a una MEJORA CONTINUA DEL
SISTEMA MEDICO Y HOSPITALARIO NICARAGUENSE y a una práctica de mayor calidad de
la medicina, sea pública o privada. Mientras a conductores se les recomienda
conducir a la defensiva, el personal médico en general también se verá obligado
a practicar una medicina defensiva, en el sentido, de que tendrán que agotar
todos los recursos disponibles que avalen como correctas sus decisiones en el
tratamiento de un paciente o cliente.
Y si aun así, se presentara una fatalidad, los
propietarios de una unidad médica deberán asumir las responsabilidades civiles
derivadas por descuidos, negligencia o mal praxis de sus empleados o de
aquellos a quienes renten sus instalaciones hospitalarias.
No estoy de acuerdo con quienes argumentan que
existe una criminalización de la medicina o peor aún que hubo un enjuiciamiento
político del gremio médico. Lo que existió fue un grave error de un médico que
la misma Asociación de Cirujanos Plásticos de Nicaragua reconoció que no es uno
de sus miembros y ha puesto en entredicho la calidad profesional de sus
colegas.
Esto aún no ha terminado y por de pronto aplaudimos
el esfuerzo de la Dirección de Postgrado y Educación Continua junto con la
Facultad de Medicina de la UNIVERSIDAD AMERICANA (UAM) al ofrecer en forma gratuita el Seminario
“Aspectos Médicos Legales de la Negligencia Médica” este próximo 27 de agosto,
y traeremos a ustedes abundante información en la próxima edición.
De igual manera, el Despacho Regional CONSORTIUM Legal ha organizado para el 30 y 31 de Agosto, el Seminario "La Practica Médica y Consecuencias de la Mala Praxis"
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