El recién pasado domingo 17 de noviembre, Día Mundial En Recuerdo de las Víctimas por Accidentes de Tránsito, fue dos veces triste en mi Nicaragua.
Primero. Cuatro jóvenes motociclistas y un peaton perdieron la vida. Ellos son: José Francisco Córdoba motociclista de 20 años, Elvin Narciso Vega Treminio motociclista de 21, Harvin Antonio Calderón Ibarra motociclista de 25, Róger Arróliga Somoza motociclista de 31 y el peatón Denis Antonio Polanco. Los de siempre, los jóvenes. Velocidad, alcohol, distracción.
Segundo. Ni una misa, ni una mención en los medios de comunicación. Nadie llamó la atención: ni un político, ni un policía, ni un diputado, ni un magistrado, ni un funcionario. Salvo Casa Pellas que obsequió ayer a la Policía de Tránsito, dos mil ejemplares del Manual del Motociclista y no es ironía... se llama "responsabilidad social empresarial" pero cuando harán una campaña para disuadir a los jóvenes o fomentar el consumo responsable de sus licores y cervezas??? Triste, muy triste. No tenemos conciencia de que esta es la verdadera epidemia: que aedes aegipty ni que tigre asiático. Es la guerra silenciosa que enfrentamos todos los días. No hay aviones de combate ni carros destructores. Es la actitud, la conducta, la maldita violencia de todos los días. Si la vida sigue igual en realidad estamos retrociendo. Y todo parece normal: el exceso de velocidad y los conductores borrachos.
Ojalá alcancemos una reforma a la Ley 431 Ley para el Régimen de Circulación Vehicular e Infracciones de Tránsito que se convierta en la 779 que está frenando las muertes de las mujeres por violencia intrafamiliar. Agarremónos los huevos... o al toro por los cuernos... o permitiremos una masacre para las fiestas de Navidad y Año Nuevo?
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